Trasladarse 30km hasta un hospital es un lujo que muchas embarazadas no se pueden permitir. La que puede pagarlo, se demorará más de una hora en llegar. Demasiado tiempo de espera para un tercer, cuarto, quinto..... hijo.
La dotación de las clínicas rurales es escasa y la diferencia entre parir en ellas o en el domicilio son mínimas.
La estadísticas acerca del estado de salud de mujeres y niños in Chad son preocupantes. La tasa de mortalidad materna es uno de las mas altas a nivel mundial, con 1.140 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos en el año 2017 (frente al 4 por cada 100.000 nacidos vivos en España) .
En las zonal rurales, la situación es incluso peor, donde solo un 16% de las mujeres recibe asistencia por personal capacitado durante el parto frente al 59% en áreas urbanas.
Chad es el quinto país a nivel mundial en tasa de mortalidad en menores de 5 años, en muchos casos por enfermedades prevenibles como malaria, enfermedades diarreas o respiratorias.
Todo esto se añade que en Chad tiene uno de las mayores tasas de fertilidad con tuna media de 5.7 nacimientos por mujer, siendo la media en África de 4.5 e inferior a 2.5 a nivel mundial.
En esta situación, los embarazos son una amenaza para la vida de las mujeres en Chad, sobre todo en áreas rurales en las que el acceso a los centros de salud no es fácil
En Koundoul, a sólo 30 km de la capital de Chad, el doctor Derib Abdoulaye ha establecido un pequeño centro de salud para la atención prenatal y en que las mujeres pueden dar a luz.
A pesar de la falta de recursos, desde su apertura, ha conseguido una mejora en las tasas de salud gracias a la asistencia durante embarazo y parto a mujeres que habitualmente parían en sus domicilios. En 2019 la clínica atendió 785 partos y registró dos muertes maternas. Significa un ratio de tasa de mortalidad materna de 254,77 frente a la tasa nacional de 1.160 en 2015. En 2018 quince bebés nacieron muertos o no superaron el parto en la clínica. La cifra de muertes neonatales en Chad fue de 22.350 niños en 2018, 1.00.495 en toda África
También ha desarrollado campañas de vacunación para los niños con la consiguiente mejora.
La Fundación Ramón Grosso está realizando intervenciones en la zona con el objetivo de continuar esa mejora en la asistencia y disminuir las tasas de mortalidad. Las ayudas van encaminadas a una mejor formación de las matronas en emergencias durante parto y puerperio así como en intentar dotar al laboratorio de mas test para el destaje de enfermedades.
Laura de Mingo es ginecóloga en el hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid) y es la responsable de los Proyectos Médicos en África de la Fundación. En octubre de 2019 visitó la clínica de Koundoul para conocer de primera mano sus necesidades. En base a esto está elaborando un proyecto con el objetivo de disminuir la morbimortalidad materna en la zona. Proyecto que consiste en elegir clínicas de zonas rurales para dotarlas del instrumental y los medios necesarios para atender a los pacientes.
La clínica de Koundoul es la primera beneficiada.
Conoce aquí todos los datos de nuestra clínica piloto
Testimonio
El parto de Antonio
Aquella mañana acudí con la doctora de la Fundación para tomar unas fotos de la clínica que se había elegido para ser el piloto del proyecto PAM. Había una mujer de parto y accedió a aparecer en las imágenes. La doctora la exploró, se acercó y me dijo, “va a ser muy complicado, es un parto de nalgas, en España la mandaría al quirófano” Pronto aparecieron los
pies del niño, era su cuarto hijo. Pronto aparecieron las blancas plantas de los pies del bebé saliendo del interior de su madre, era su cuarto hijo. El niño estaba atascado y el cordón también. Durante nueve minutos la muerte jugó con el niño, que nació en parada cardíaca. La matrona lo reanimó hundiendo repetidamente sus grandes manos sobre el frágil pecho del recién llegado, que no nacido. Solo entonces su llanto rompió el silencio que había en el paritorio desde el primer minuto. Nadie levantó la voz, ninguna contracción batió la
entereza de la madre, ningún grito de dolor, ni una sola llamada de auxilio de la matrona para sacar al niño. Es abrumador lo serenas que se enfrentan las chadianas a la muerte, porque un parto en Chad no es sinónimo de vida, demasiadas veces sale cruz.
Una hora y dieciocho minutos después, la madre salia de la clínica con su hijo en brazos, sola como había llegado. Seguramente tenia que preparar la cena para el resto de su familia que aguardaba en casa. Comprendí en ese momento que el futuro del Chad está en sus mujeres, el futuro de África, el futuro de la humanidad.La mujer nos dijo que si era niña se llamaría Laura, como la doctora y si era niño se llamaría como el fotógrafo.
Antonio López Díaz - Fotoperiodista
Sobre el terreno
Después de 17 años de profesión, de tantos partos y pacientes, crees que nada puede sorprenderte, pero no es así. La clínica de Koundoul es un pequeño recinto con no más de 5 salas. En una de ellas, el paritorio, las mujeres son asistidas al parto en el silencio más abrumador, esperan pacientemente en el jardín con lágrimas en los ojos por el dolor que les provocan las contracciones, y ni un solo grito, ni siquiera cuando sus hijos descienden por ese camino tortuoso de nuestra pelvis para venir a este mundo, uno de los mayores dolores que las mujeres deben superar para ser madres.
Allí no hay calmantes, no hay monitor para vigilar los latidos del bebé, los medios son muy escasos, hasta el punto de que ante complicaciones el trayecto al hospital de la ciudad es tan difícil que muchas mujeres fallecen en el intento. El objetivo del proyecto es formar a los profesionales de la clínica, enseñarles a manejar situaciones de emergencia que resuelvan el problema o que permitan trasladar a las mujeres en mejores condiciones, para evitarles así un fatídico final. Como obstetra, los partos allí son una aventura, pero dotándoles de algunos medios y formación, es posible conseguir grandes cambios.
Laura de Mingo - Coordinadora de los proyectos médicos de la FRG